Todos hemos escuchado hablar de la energía solar o hemos visto este tipo de paneles. Pero, ¿Qué es? ¿Cómo funcionan? ¿Para qué se usan? ¿Qué tipos hay? Resumimos algunas de sus principales características, beneficios y los principales usos que podemos darle a los rayos del sol al convertirlos.
Colombia es un país en el que podemos disfrutar de muchas horas de luz solar y esto tiene ventajas como un ahorro en lo que acabarás pagando de luz, por ejemplo, siempre y cuando aproveches esta energía.
Qué es la Energía Solar
Como su propio nombre indica y sabemos ya, la solar es una energía renovable que aprovecha la radiación procedente del sol. Es inagotable, es una fuente natural y es una de las renovables más fáciles de producir en zonas como España donde tenemos una gran cantidad de horas de sol. Hay varios tipos de ella (térmica, fotovoltaica, pasiva…) y tiene muchos beneficios como menor impacto en el medio, ecológica, apta para “todos” y asequible si lo que buscamos es tener una instalación en casa.
Podemos usar la energía solar para producir calor, para producir electricidad. Tanto a nivel industrial o global como a nivel particular en pequeños dispositivos como una batería portátil o una lámpara. En los próximos párrafos veremos sus ventajas y beneficios, sus usos o los tipos que existen.
Tipos de energía solar
Aunque hablemos habitualmente de energía solar de forma global, no solo hay un tipo. Los rayos del sol se aprovechan de dos formas diferentes: con placas térmicas o fotovoltaicas. Aunque también existen placas híbridas que unen las dos tecnologías anteriores en el mismo panel: permiten aprovechan el sol para electricidad o calor según necesitemos con una misma instalación.
Las placas solares fotovoltaicas son más caras pero son las encargadas de atrapar la luz. Transforman la radiación en electricidad y es habitual que utilicen acumuladores para almacenar energía si queremos tener un autoconsumo. Es decir, acumulas la luz durante el día para por la noche poder utilizar esa acumulación de energía almacenada para lámparas, etc. Es el tipo que se utiliza para alumbrado público, por ejemplo, para automoción y vehículos (coches que acumulan y rellenan su batería mientras hay sol) o para electricidad en una vivienda o negocio y el autoconsumo.
Por su parte, la energía solar térmica es más económica pero no permite el autoconsumo. Lo que permite es generación de agua calienta sanitaria en hogares transformando la radiación en calor. Utiliza depósitos para almacenar el calor que “atrapa”. En este caso, los usos suelen ser para agua caliente sanitaria (es lo más común) o para calefacción solar en edificios, por ejemplo, pero también para la climatización de piscinas.
Para utilizar este tipo de energía no solo hay un tipo de placas. Hay diferentes. Más allá de utensilios que utilizan placas solares para “poca energía”, como pueden ser powerbank para recargar el teléfono móvil, luces LED para exterior que no tienes que cargar si quieres iluminar tu terraza, linternas y otros pequeños dispositivos portátiles como pueden ser altavoces, por ejemplo. No dejan de ser opciones como las anteriores pero placas fotovoltaicas más pequeñas y aplicables a cualquier aparato.
Ventajas y beneficios
Hay algunos inconvenientes como el coste o la inversión que tenemos que hacer por las placas además de la “dependencia” del sol dependiendo de dónde vivamos o según el momento el día, como es lógico. Pero también hay muchas ventajas y beneficios si utilizamos este tipo de energía.
Reduce la contaminación
Reducimos el consumo o dependencia de combustibles fósiles y disminuye la contaminación medioambiental, aunque debemos tener en cuenta que esto no quiere decir que los paneles solares no generen residuos, sino que la fabricación, transporte y reciclaje de los paneles solares también provocan una contaminación indirecta.
Es una fuente ilimitada
El sol es ilimitado por lo que no tenemos que preocuparnos si esta energía puede o no gastarse.
Disponibilidad global
La única “preocupación” o desventaja es que dependeremos de que haga o no haga sol en ese momento, de las condiciones climáticas de cada zona. No es una opción, aunque sea ilimitada, para determinadas ciudades o determinados lugares donde siempre llueve. La suerte o ventaja es que España es un país que puede presumir de sol durante muchas horas al día.
Ahorro
Para el usuario final hay un ahorro a medio y largo plazo. Consigues pagar menos en la factura gracias a que parte de la electricidad o energía que consumes se utiliza a través del sol sin tener que pagar por ella. Además, el mantenimiento de las placas solares es muy bajo, no tendremos que dedicar dinero y esfuerzo en mantener la instalación en perfecto estado.
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